Madre de los Obreros, Compesino Y Trabajadores de la RPDC
Jorge Luis Ubertalli Ombrelli, Buenos Aires, República Argentina
EL 10 de octubre de 1945 el Comandante y Gran Líder de la revolución coreana, Kim Il Sung, dijo: ‘Hoy nos hemos reunido aquí para fundar un Partido marxista-leninista, destacamento de avanzada de la clase obrera.’
Y añadió: ‘En nuestro país los preparativos para fundar un partido marxista-leninista han venido desarrollándose ininterrumpidamente, en medio de una prolongada y cruenta lucha contra los bandidos imperialistas japoneses’ (Sobre la Construcción del Partido Marxista-Leninista en nuestro país y sus tareas inmediatas- Informe presentado al Congreso fundacional del Partido Comunista de Corea del Norte’, Kim Il Sung, Obras Tomo 1, página 295,Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pyongyang, 1980).
Y no era para menos. Tras 36 años de ocupación imperial japonesa del país de las azaleas en flor, los comunistas intentaron, y lograron, a través de sus jóvenes militantes y cuadros, conducir la guerra antijaponesa. Un Partido Comunista se había fundado en Corea en 1925, pero, según Kim Il Sung, debido a su comportamiento sectario y fraccional dejó de existir en 1928.
Tres años más tarde, un grupo de jóvenes combatientes antiimperialistas y comunistas inició la Guerrilla Popular Antijaponesa, embrión de la unidad de los comunistas y proyección hacia la construcción del Partido en 1945. En ese momento histórico, ante el avance de las tropas niponas, y con la decisión inquebrantable de tomar las armas para liberar el país, el entonces joven Kim Il Sung expresó:
‘Con miras a organizar y desarrollar la lucha armada, hay que preparar fuerzas armadas revolucionarias propias, capaces de derrotar a las fuerzas contrarrevolucionarias enemigas. Para vencer al bandidesco imperialismo japonés debemos disponer de fuerzas armadas revolucionarias, capaces de preservarse y multiplicarse en la larga lucha y de diezmar y desgastar sin cesar a las fuerzas enemigas. Como tal fuerza armada revolucionaria debemos organizar la Guerrilla Popular Antijaponesa’.
Esta guerrilla, conducida por jóvenes comunistas al mando de Kim Il Sung, se diferenció de los ‘destacamentos armados nacionalistas que invocaban la independencia de Corea’. ‘La Guerrilla Popular Antijaponesa debe ser un auténtico ejército del pueblo, formado por los mejores hijos e hijas de obreros y campesinos, un ejército verdaderamente revolucionario…’ (Idem cita anterior, Obras, Tomo 1).
O sea, como punto fundamental, cabe destacar que la lucha contra el imperialismo japonés y contra las clases y capas que saqueaban a su amparo al país, Kim Il Sung la convirtió no sólo en guerra de guerrillas nacional sino de clases. Las dos cuestiones, liberación nacional y social, se hallaban indisolublemente vinculadas la una a la otra.
Dirigida por comunistas, consiguiendo y produciendo armamento convencional o casero, arrebatando y expropiando armas al enemigo, estos revolucionarios se foguearon en esa larga lucha, que culminó en 1945, con la derrota el imperialismo japonés a cargo del Ejército Revolucionario Popular de Corea (ERPC), aunado a los combatientes chinos que operaron en el Estado títere Manchú, creado por los nipones, y apoyado por el Ejército Rojo soviético. Una vez derrotado el enemigo japonés y en combate interno contra sus rémoras cipayas al interior del país, se fundó el Partido Comunista de Corea.
Al momento de su fundación, la ideología retrógrada, reaccionaria y feudal impuesta por los japoneses en Corea estaba bastante entronizada en amplias capas de la población. Sin lenguaje propio, analfabeto, obligado a hablar japonés, a cargar nombres japoneses, a practicar la religión de los nipones y servir a ellos como esclavos y esclavas, el pueblo coreano carecía de una ideología y táctica clara para hacerle frente a los nuevos tiempos que se avecinaban, fundamentalmente en Corea del Sur, donde las tropas norteamericanas imponían al títere que habría de servir durante varios años a los yanquis, asesinando, torturando y reprimiendo a su pueblo: Sygman Rhee.
Marioneta impuesta en las Naciones Unidas dominadas por EE.UU. sin consultar al pueblo surcoreano, Sygman Rhee montó la provocación que iniciaría la guerra de agresión a la RPDC en 1950 y bañó de sangre obrera y popular el sur de Corea hasta 1960.
En este contexto nacional-intromisión del imperialismo norteamericano en el sur con el fín de ahogar la naciente independencia de la nación en el norte coreano- e internacional- derrota mundial del fascismo y propiciamiento de la liberación de las colonias sujetas a las potencias capitalistas- el compañero Kim Il Sung encaró resueltamente la fundación del Partido y las tareas por hacer.
‘El acertado desarrollo de la revolución coreana depende definitivamente de que tenga garantizada la dirección del partido marxista-leninista. Sin la dirección del partido marxista-leninista no se puede organizar y movilizar con acierto a las masas en la lucha revolucionaria, ni triunfar en la revolución’( ídem cita inicial, Obras, página 297). Y puso manos a la obra.
En el marco organizativo interno, el Partido, con la guía de Kim Il Sung, se propuso combatir al fraccionalismo y el regionalismo, dos caras de una misma moneda, que habían hecho fracasar al PC fundado en 1925. Y se planteó fundamentalmente crear los organismos de Poder Popular a fín de llevar a cabo la revolución democrática, antiimperialista y antifeudal en transición al socialismo con la guía del Partido ,que impulsó al Frente Unido Nacional Democrático en el contexto de la unidad de todas las fuerzas antijaponesas y antifeudales de la nación en el norte del país.
Este Frente no fue un frente hegemonizado por los sectores burgueses nacionales sino por la organización revolucionaria, representante de los explotados del país, tal cual como lo sostuvo el Gran Líder. ‘El constituir este Frente Unido, el Partido Comunista debe asegurarse la sólida independencia y atenerse al principio de aglutinar al máximo a todas las fuerzas de los diversos sectores que aman al país y a la nación, superando el carácter vacilante de los capitalistas nacionales y otras fuerzas neutrales’. (Idem 1, Obras, Página 309).
Las tres tareas fundamentales que encaró el Partido fueron: -impulsar la constitución del Comité Provisional de Corea del Norte, núcleo del Poder Popular; - liquidar la rémora projaponesa en el país, los ‘lacayos de la reacción internacional y demás reaccionarios’, que complotaban para dar marcha atrás a la liberación coreana;- auspiciar la organización de Comités Populares en todas las localidades , órganos del Poder Popular desplegados en todo el territorio de la nación.
En todo el año transcurrido se llevó a cabo la puesta en marcha de la Reforma Agraria y otras reivindicaciones sentidas por obreros, campesinos, mujeres, ancianos, niños y jóvenes, propendiendo a su organización.
Un año más tarde, dada la situación de la fractura de la nación por obra del imperialismo norteamericano, que mantenía tropas acantonadas en el sur sin solución de continuidad y contaba con el títere Sygman Rhee para llevar a cabo la liquidación de la revolución coreana, el Partido, a fín de consolidar la unidad nacional para derrotar los planes imperiales, se fusionó con el Partido Neodemocrático, de base campesina y proletaria rural-mayoritaria en el país- para fundar el Partido del Trabajo de Corea (PTC), que se hizo efectiva el 29 de agosto de 1946.
En el Primer Congreso del Partido del Trabajo, llevado a cabo en esa fecha, Kim Il Sung, en su discurso, enumeró las conquistas populares auspiciadas y llevadas a cabo por el Comité Provisional Popular de Corea del Norte en el año transcurrido: -Reforma agraria; - Ley del Trabajo; -Nacionalización de industrias, organismos financieros, transportes y otros bienes fundamentales para el desarrollo de la economía del país; - Igualdad de Derechos entre el hombre y la mujer; -Educación y salud popular, etc.
En ese mismo discurso, el compañero Kim Il Sung sostuvo: ‘ La desunión de las masas trabajadoras en la lucha a vida o muerte contra el enemigo constituye el peligro mayor. Las masas trabajadoras deben unirse con más firmeza y mantener una estrecha cohesión, a fín de cumplir victoriosamente nuestra misión de combate.
Lo más decisivo en la realización de las grandes tareas democráticas que confronta el pueblo coreano es formar un Estado Mayor unificado de las masas trabajadoras, único destacamento militante de vanguardia del pueblo trabajador. Este problema solo puede solucionarse con la fundación del Partido del Trabajo’ (Idem 1, Obras, página 335).
El flamante PTC, símbolo de la alianza obrero-campesina-popular, hegemonizada por la vanguardia de la clase obrera representada por el PC, se dio entonces a la tarea de ‘barrer todas las fuerzas reaccionarias projaponesas y feudales que obstaculizan la independencia democrática de la Patria’( página 357).
En su devenir revolucionario, el PTC llevó a cabo todas las tareas democráticas a cumplirse en el país y el 9 de septiembre de 1948, en el contexto del Frente Unido Democrático Nacional, en el que formaban parte el partido Chondoísta, religioso, cuyos miembros habían combatido y muerto durante la contienda contra la agresión y ocupación japonesa, y el partido Democrático, auspició la creación de la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
Previamente, en elecciones de toda Corea, se había elegido a Kim Il Sung como representante del Comité Popular Provisional de Corea, pero los yanquis designaron en ‘sus’ Naciones Unidas a Sygmann Rhee como ‘presidente’ de Corea del Sur. El Comité Popular Provisional de Corea del Norte, dirigido por Kim Il Sung, estableció entonces la plataforma de gobierno del Estado en los 20 puntos que incluían todas las reivindicaciones democráticas.
Para llevar a buen puerto la ley de Reforma Agraria, que liberaba a los campesinos y trabajadores del campo de la esclavitud feudal, el PTC movilizó a sus cuadros hacia el campo. Un año antes de proclamada la RPDC, durante el Plan Económico Nacional de ese año, prácticamente toda la industria del país y la obtención de materias primas se hallaba en manos del Estado, solo la industria doméstica, la pesca y el comercio se hallaban mayoritariamente en manos privadas. Solo eran estatales en un 15%, así como las cooperativas.
En cuanto a las relaciones con el sur, el Estado popular de Corea del Norte bregó siempre por la reunificación del país, a través de proyectos de Kim Il Sung de unificación sin intervención de extranjeros y sin imposición armada de una parte a otra.
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La guerra de agresión montada por el imperialismo norteamericano y aliados de ‘su’ ONU en julio de 1950 hasta 1953 contra la RPDC prácticamente no dejó nada en pié. Millones de personas fueron asesinadas y muertas por la soldadesca yanqui y sus 'aliados', animales, casas, hospitales…todo fue destruido en la RPDC. Al culminar la guerra, el Partido del Trabajo, con la guía de Kim Il Sung, se dispuso a movilizar a toda la población en la reconstrucción del país.
Confiando en sus propias fuerzas y a través de la filosofía Zuche, de desarrollo autónomo en todos los órdenes, el PTC organizó las campañas de movilización masiva para salir del marasmo que la guerra de agresión había dejado en la RPDC. En ese marco y siguiendo las perspectivas de desarrollo socialista, se estableció el cumplimiento de las tres revoluciones: la Ideológica, la Técnica y la Cultural.
En la economía, se puso en énfasis en construir una industria pesada que pudiera fabricar los elementos para el despegue económico en todos los órdenes. A fines de la guerra y a mediados de los años 50, el PTC organizó el Movimiento Chenlima, de desarrollo rápido de la producción, la técnica y la ideología comunista con el insustituible concurso de las masas. Estas, ya dueñas de la nación, crearon innovaciones y no escatimaron esfuerzos para levantar el andamiaje de la Patria socialista.
El papel de la moral comunista en el trabajo, estimulado por el PTC, dio un revés al economicismo y a los estímulos materiales en cuanto al desarrollo de las fuerzas productivas. La moral comunista se impuso en las masas en relación con su objetivo de desarrollar el país socialista al estilo jucheano, confiando en sus propias fuerzas y con su propia práctica en la construcción del socialismo, haciendo uso de lo que había en el país en cuanto a insumos, materias primas y mano de obra.
En su larga trayectoria, el PTC supo llevar a cabo las enseñanzas de Kim Il Sung y sus continuadores, Kim Jong Il y Kim Jong Un, quien ahora es el Máximo Dirigente de la RPDC y Secretario General del PTC. El mismo PTC impulsó los métodos de trabajo Taean y Chongsanri, mediante el cual la burocracia debía ser erradicada de las gestiones.
De acuerdo a este método de trabajo comunista, el superior ayuda el inferior, todos enseñan y aprenden de todos, los superiores deben compenetrarse en la práctica con el trabajo y el quehacer masivo, se debe consultar a las masas para tomar las decisiones que el país necesita. Todo eso y mucho más llevó a la práctica el PTC desde sus inicios. Combatir a la burocracia, al yoquepierdismo, a la improvisación, a la indisciplina, a la sumisión e imitación acrítica de las grandes potencias,a la utilización de los cargos partidarios y/o estatales para obtener beneficios son algunas de las consignas que el PTC ha grabado a fuego en sus cuadros y funcionarios, tanto civiles como militares.
El Partido guía a las armas para la defensa de la Nación y el Socialismo. La política orienta al fusil. Desde su fundación, el Ejército Popular de Corea (EPC) es el brazo armado del Partido y los trabajadores coreanos. La Guardia Roja Obrero-Campesina, conformada embrionariamente durante la guerra contra el Japón, es una milicia popular armada e ideológicamente compenetrada con el socialismo jucheano, la independencia, la dignidad y la soberanía.
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A la muerte de Kim Il Sung, ocurrida el 8 de julio de 1994 y en el marco de la autodisolución de la URSS y los países del Este de Europa, y al ‘socialismo de mercado’ chino, el PTC, bajo la guía de Kim Jong Il, su sucesor en la tarea revolucionaria, debió afrontar los retos de la muy probable intervención norteamericana en la nación y los embates de la naturaleza.
Con justeza y dignidad defendió el socialismo en el país y el mundo contra viento y marea.
Constituído como ‘partido Madre’ de los coreanos, el PTC organiza y lleva a cabo todo lo que el pueblo trabajador necesita para vivir y desarrollarse. Tanto en lo económico, lo social, lo cultural, lo ideológico, lo técnico y lo político, así como en la defensa del país, el PTC, a través del Estado y contando con la movilización y participación activa de las masas, resolvió y resuelve los problemas más acuciantes.
En vísperas de una agresión extranjera afín al cacareado ‘fin de la historia’, que plumíferos imperiales consagraron luego de la autodisolución del campo socialista, el compañero Kim Jong Il, quien sucedió a Kim Il Sung en cuanto a los asuntos del Partido y el Estado, llevó a la práctica la filosofía Songún- dar la mayor importancia a lo militar- que, a través de la organización militar de todo el pueblo y la creación del arma atómica logró echar por tierra los planes intervencionistas del imperialismo, tal como se habían llevado a cabo en Yugoeslavia, Afganistán, Irak y Libia, entre otros.
Sin descuidar la construcción del socialismo en la ciudad y el campo- a través de la estatalización cada vez mayor de las cooperativas campesinas- el PTC dio suma importancia a la Defensa, a la construcción económica en el marco de la crisis y frente a los embates de la naturaleza, y a la ciencia, en todos los aspectos. El lanzamiento de satélites artificiales científicos y las estimulación de la nanotecnología creadas y llevadas a cabo por las propias fuerzas y con los científicos nacionales dan la pauta de como el Zuche se desarrolló en el Partido y toda la población coreana. La RPDC, con la guía del PTC, mantuvo su dignidad en el mundo en los peores momentos y salió airosa en todos los combates que emprendió.
En estas horas de pandemia viral mundial, la RPDC no tiene casos de infección. El PTC, organizando la prevención y organización de la salud de la población, mancomunadamente con el campo científico local e internacional y la disciplina proletaria y socialista de su pueblo, ha sabido capear el temporal viral que azota al mundo.
Bajo la guía hoy de Kim Jong Un, máximo Dirigente del país, la RPDC, a través de su Partido ‘madre’, va trazando el camino de la construcción del socialismo y es ejemplo para los revolucionarios del mundo que quieren liberarse de las cadenas del capital y el imperialismo y colonialismo.
A 75 años de la fundación del PTC en este octubre de victorias, celebramos el acontecimiento siendo más revolucionarios y más antiimperialistas que nunca.